¿Qué es la energía fotovoltaica? ¿Por qué es una opción interesante para particulares, comunidades de vecinos y empresas?

En este post te explicamos las ventajas y desventajas de este tipo de energía renovable, así como los tipos de instalaciones que existen y cómo pueden ayudarte a ahorrar en tu factura de la luz.

La energía fotovoltaica es la que se obtiene a partir de la conversión directa de la luz solar en electricidad mediante unas células llamadas fotovoltaicas. Estas células se agrupan en paneles o módulos que se pueden instalar en tejados, fachadas, suelos o estructuras independientes.

Principales ventajas de la energía fotovoltaica

– Se trata de una energía limpia y sostenible, que no emite gases de efecto invernadero ni contribuye al cambio climático.
– Es una fuente inagotable, ya que depende del sol, que es una fuente inmensa y constante de energía.
Descentralizada, que se puede generar en el mismo lugar donde se consume, evitando pérdidas por transporte y distribución.
Permite el autoconsumo, es decir, que el usuario puede generar su propia electricidad y consumirla directamente o almacenarla en baterías para usarla cuando lo necesite.
Reduce la dependencia energética del exterior, al disminuir la importación de combustibles fósiles y aumentar la soberanía energética.
Favorece el desarrollo local, al crear empleo y riqueza en el sector de las renovables y en las zonas rurales donde se instalan los paneles.

Principales desventajas de la energía fotovoltaica

– Es intermitente, que depende de la radiación solar, que varía según la hora del día, la estación del año y las condiciones meteorológicas.
Requiere una inversión inicial elevada para la compra e instalación de los paneles y los equipos auxiliares.
Necesita un mantenimiento periódico para garantizar su correcto funcionamiento y su vida útil.
Puede generar un impacto visual y ambiental si no se integra adecuadamente en el entorno donde se instala.

Diferentes tipos de instalaciones fotovoltaicas según su conexión a la red eléctrica

Instalaciones aisladas: son las que no están conectadas a la red y funcionan de forma autónoma. Se suelen usar en lugares donde no hay acceso a la red o donde el suministro es deficiente o caro. Estas instalaciones necesitan baterías para almacenar la electricidad que no se consume y un generador auxiliar para cubrir las posibles demandas pico o los periodos de baja producción solar. Son habituales en viviendas rurales, casas de campo, refugios de montaña, etc.

– Instalaciones conectadas a red: son las que están conectadas a la red eléctrica y pueden verter el excedente de electricidad que generan a la misma, recibiendo una compensación económica por ello. Estas instalaciones no necesitan baterías ni generadores auxiliares, ya que pueden usar la red como respaldo cuando no hay suficiente producción solar. Son habituales en viviendas urbanas, edificios públicos, comercios, industrias, etc.

Entonces, ¿es interesante para particulares, comunidades de vecinos y empresas?

– Permite ahorrar en la factura de la luz al reducir el consumo de electricidad de la red y al recibir una compensación por el excedente vertido a la misma.
– Se puede amortizar la inversión inicial en un plazo razonable, dependiendo del tamaño y el tipo de instalación, del precio de la electricidad y de las ayudas o incentivos disponibles.
– Ayuda a contribuir a la transición energética hacia un modelo más limpio, sostenible y eficiente, al reducir las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes.
Mejora la imagen y la reputación social y ambiental de las personas o entidades que apuestan por las renovables.

¿Qué es necesario tener en cuenta para instalar una planta fotovoltaica?

– La orientación e inclinación óptimas de los paneles para aprovechar al máximo la radiación solar.
Superficie disponible y el tipo de soporte o estructura donde se van a colocar los paneles.
Potencia y el tipo de instalación que se quiere realizar, según las necesidades de consumo y la conexión o no a la red.
Normativa y trámites administrativos que se deben cumplir para obtener los permisos y las autorizaciones necesarias.
Financiación y ayudas o incentivos que se pueden solicitar para reducir el coste de la inversión.

En conclusión, la energía fotovoltaica es una alternativa viable y rentable para generar electricidad de forma limpia y sostenible, tanto para particulares, como para comunidades de vecinos y empresas. Si quieres saber más, consulta nuestro post sobre fachadas solares, la nueva alternativa sostenible y eficaz.

Si estás interesado en instalar una planta fotovoltaica, en Silikka te podemos asesorar sobre la instalación y el mantenimiento.